Comercio Justo

Según consigna la Organización Mundial del Comercio Justo (WFTO), el Comercio Justo es una relación comercial, basada en el diálogo, la transparencia y el respeto, que busca una mayor equidad en el comercio internacional. Contribuye al desarrollo sostenible ofreciendo mejores condiciones comerciales y asegurando los derechos de los productores y trabajadores marginados.

Estas organizaciones, respaldadas por los consumidores, están comprometidas activamente en el apoyo a los productores, en la sensibilización y en cambiar las reglas y la práctica del comercio internacional convencional.

Las Organizaciones de Comercio Justo pueden ser reconocidas, entre otras por la WFTO, o por los demás sellos internacionales, como Fairtrade Labelling Organization, Fair for Life o Fair Trade Certified USA.

La Organización Mundial del Comercio Justo establece 10 criterios que deben ser cumplidos por las organizaciones que trabajan en Comercio Justo:

  1. Creación de oportunidades para productores con desventajas económicas
  2. Transparencia y responsabilidad
  3. Prácticas comerciales justas
  4. Pago de un precio justo
  5. Asegurar ausencia de trabajo infantil y trabajo forzoso
  6. Compromiso con la no discriminación, equidad de género y libertad de asociación (sindical)
  7. Asegurar buenas condiciones de trabajo
  8. Facilitar el desarrollo de capacidades
  9. Promoción del Comercio Justo
  10. Respeto por el medio ambiente

Desarrollo histórico

El movimiento comenzó entre los años 40 a 50 en Estados Unidos. Allí se desarrollaron las primeras iniciativas de venta de productos elaborados por artesanos que luchaban contra los bajos precios, los altos márgenes y la dependencia frente a los intermediarios.

De forma simultánea, en Europa, la ONG Oxfam en Reino Unido empezó a vender artesanías fabricadas por refugiados chinos en sus propios locales. Años más tarde, en 1964 se creó la primera Organización de Comercio Justo.

En el caso de Chile hubo tres organizaciones que lideraron este proceso en los años 80. Estas fueron: la Cooperativa Campesina Apícola Valdivia, de Paillaco; Comparte y la Fundación Solidaridad.

Según el estudio de Proqualitas Sostenibilidad, el surgimiento de estas organizaciones presentan, como aspecto común, la necesidad de generar esquemas de apoyo en acceso a mercados para pequeños productores vulnerables, alejados de mercados convencionales y con alto desempleo.

Gerardo Wijnant, socio y colaborador de la Asociación Chilena de Comercio Justo, fue uno de los fundadores de “Comparte”, y autor del estudio elaborado por Proqualitas Sostenibilidad, enfatiza que el potencial del Comercio Justo es muy alto. “Hay un consumidor dispuesto a adquirir este tipo de productos. El 53% de las personas entre 35 a 45 años están siempre o casi siempre, interesadas en comprar productos cuando saben de dónde viene, quién y cómo se producen estos. Hay un potencial enorme de gente que está dispuesta a comprar este tipo de productos si conoce su origen”, explica Wijnant.

Es importante considerar que entre los principios que propone el Comercio Justo hay medidas que buscan por ejemplo ir contra cualquier tipo de esclavitud. “En la cadena lo barato siempre lo paga alguien y la industria textil es uno de esos ejemplos”, señaló.

Desde artesanía a vinos de excelencia

Marcela Cofré, presidenta de la Asociación chilena por el Comercio Justo, entidad fundada en 2012, explica que “el Comercio Justo es lo más sencillo del mundo y lo más natural si tiene ética detrás”.

La fundación brinda una plataforma que asegura a quien compra, una transparencia en todo lo que se comunica. “Decidimos certificarnos cuando vimos que la forma en que operábamos se aplicaban los principios de Comercio Justo. Se dio de forma natural hacer el proceso de certificación”.

En la misma línea, con 10 años en el Comercio Justo, Viña Miguel Torres, desde sus inicios implementó estándares de certificación en el ámbito de la responsabilidad social, y de manera especial, el modelo de Comercio Justo. Idea que se acrecentó cuando gran parte de los agricultores sufrieron los embates del terremoto el 27 de febrero de 2010.

Esto llevó a la viña a fundar la primera Asociación Chilena por el Comercio Justo, con el objetivo de crear una nueva categoría de productos Fair Trade y es referente de este modelo. Reconocimiento que nace a fines de 2010 con la certificación de sus líneas de vinos Santa Digna y Estelado, actualmente las más acreditadas a nivel mundial y que representan más del 50% de las ventas de la bodega familiar.

“Al inicio no sabíamos qué hacer porque nadie nos quería comprar la uva, nos discriminaban porque éramos pequeños, además éramos muchos. Nos ayudamos para comunicarnos con todas las viñas de Chile que trabajaban con el Comercio Justo, fue ahí que nos encontramos con viña Miguel Torres, que también estaba buscando productores.

En esa época nos dieron por la uva país un precio fabuloso para nosotros, casi un mil por ciento, igual como se pagaba para las variedades de vinos premium. Eso hizo que recuperáramos nuestros viñedos, que estaban en la ruina”, asevera Secundina Vásquez, presidenta de la Asociación de Viñedos Esperanza de la Costa.

Jaime Valderrama, gerente general de Miguel Torres Chile explicó que son una empresa con una fuerte orientación en la sostenibilidad e innovación. Lograr la Certificación de Comercio Justo bajo el modelo Fair For Life, indica una rentabilidad que garantiza sostenibilidad al negocio, establece que se han otorgado condiciones laborales dignas para todos los trabajadores en toda la cadena productiva, junto con mejorar las políticas de preservación medioambiental durante todo el proceso”.

El Comercio Justo en Chile tiene una amplia posibilidad de desarrollo y expansión y como contrapartida, un tipo de consumidor que ha ido evolucionando hacia nuevos parámetros de exigencia ética y de sostenibilidad. Como asegura el informe de Proqualitas Sostenibilidad, “es cada vez más importante demostrar, vía trazabilidad, que el respeto ha sido una de las condiciones inherentes a los procesos productivos y de servicios, y el conocer las fuentes de origen de los productos y en qué condiciones se elaboran”.

Fuente: diariosostenible.cl


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