El vino se ha convertido en una modalidad cultural de consumo moderado, la cual se ha consolidado por hábitos sociales propios a la identidad de cada país. Su consumo ha evolucionado, pasando de un concepto exclusivo y costoso a ser uno de los protagonistas en el acompañamiento de platos en Chile.
Según el último informe publicado por EAE Business School sobre el sector del vino se evidencia que, a raíz de la pandemia, varios países de Latinoamérica han aumentado la extracción, el consumo, venta y distribución de este producto en el mundo.
Nuestro país, teniendo como una de sus características principales la manufacturación y exportación de vino, en el 2021, según el Informe Final de Producción de Vinos 2021 del Servicio Agrícola, Ganadero (SAG), presentó un aumento en la producción del 29,9 % en comparación con el 2020. Siendo algunos de los principales países de destino China (338,8 millones de dólares), Estados Unidos (226,75), Gran Bretaña (195,25) y Japón (172,04).
En cuanto al consumo dentro del territorio nacional, si bien la venta de vino disminuyó un 2 por ciento durante 2019, según los datos suministrado por el informe, su consumo se encuentra en alrededor de los 2,4 millones de hectolitros.
En este sentido, los especialistas, con respecto a la fuerza que han tomado en los países de Latinoamérica algunas tendencias, afirman que la tendencia global muestra una moderación en el consumo de alcohol, lo que dará más alas a los vinos sin alcohol o de bajo contenido alcohólico.
Adicionalmente, y en términos generales a nivel mundial, el vino natural ha ganado popularidad, así como el orange wine y el vino con menos cantidad de sulfitos. Todas estas opciones el consumidor las asocia a un estilo de vida más saludable.